A lo largo del día estoy más tiempo colgado al teléfono que haciendo otro tipo de labores diversas. Si sumo las diversas labores, el tiempo de teléfono no lo supera, en otro caso tendría la cabeza como un bombo. Pero si clasifico las labores en grupos de acción, como pueden ser "mandar correos", "resolver incidencias diarias", "investigación del mercado" (que hago todos los días), y temas parecidos, la tarea "hablar por teléfono" desde luego se lleva la palma.
Algunas de esas llamadas son de gente que comienza a hablar de querer matricularse en un curso nuestro, y termina hablándome de una idea de negocio que le gustaría desarrollar, y que por eso necesita la formación que le brindamos.
Al final, siempre os digo lo mismo, porque no hay mucho más que decir. Y es que vuestra idea de negocio dependerá básicamente de un factor para poder tener éxito, y ese factor es la respuesta a la pregunta "¿existe un mercado para mi idea?".
Es decir, ¿tengo cláramente reflejados en mi idea cuáles serán los clientes de mi negocio?, ¿existen esos clientes?, ¿en qué medida existen esos clientes?...
Porque claro, si mi idea es construir un transbordador espacial que no necesite combustible fósil para ser lanzado al espacio, mi abanico de clientes se limita a los que se pueden contar con los dedos de una mano, y seguramente me sobren dedos. Así que mi riesgo es muy alto.
Pero si encuentro un producto que puedo desarrollar al precio de un céntimo, vamos a poner, y lo puedo vender a 2 céntimos, por ejemplo, suponiendo que todos los costes de producción, distribución, etc, estén dentro del céntimo inicial, y si lo consigo vender a todos los chinos, y encima el producto caduca teniendo que volver a comprar otro al mes siguiente, pues entonces, símplemente, me haré rico.
Así que, lo primero es definir el cliente, si existe, qué poder adquisitivo tiene, etc... Porque si ese producto que NECESITAN todos los chinos, en lugar de 2 céntimos costase dos millones de euros, pues seguramente el resultado sería otro diametralmente opuesto al anteriormente señalado.
La segunda incógnita, antes de evaluar nada más, es la competencia. Las mismas preguntas. Puede ser que tenga, y entonces tengo que entrar en un mercado ofreciendo algo más que los demás, lo que sea, para llevarme una porción del pastel, o puede ser que no haya. Si no hay tendréis que analizar por qué no hay. No vaya a ser que haya por ahí 20 estudios que indiquen que no se puede vender un producto de dos millones de euros a los chinos, porque no tendría mercado real, y uno se empeñe en hacerlo y se arruine en ese momento. Investigad si es que no hay competencia por qué puede ser. Igual no la hay porque a nadie se le ha ocurrido esa idea, y entonces es vuestro momento...
La tercera y muy importante vía de estudio es la financiación. ¿De dónde vas a sacar el dinero necesario para formalizar tu negocio? ¿Lo tienes? ¿Lo has de pedir prestado? ¿O no lo necesitas, porque piensas ir muy poco y a poco?
Obviamente, es muy fácil crear una empresa con un capital inicial disponible de 400 millones de euros. Pero es que eso no está al alcance de todo el mundo. Y seguramente, con ese capital, el producto o servicio funcione, al menos un tiempo, porque la publicidad funcionará en parte. Pero si al final lo que vendes es malo, terminará por caer.
Pero este no es el caso de la gente con la que hablo, que son pequeños emprendedores, que necesitan igual poco dinero para crear un negocio en el que creen. Pero no tenéis que dejar de ver el bosque por tener justo el árbol delante vuestra. Responded con honradez a estas preguntas, y conoced además, que el camino del empresario es duro y solitario. Apuestas tu fortuna, tus bienes y tu tiempo, sacrificas tu vida familiar, y cuando logras cierto éxito, parece que en este país de envidiosos la gente es incapaz de reconocer ese hecho. Eso si, seguramente te llamarán en algún momento proletario, pirata, explotador, estafador, y demás piropos que tienen algunas personas en la boca, que curiosamente, son las que nunca han dado un palo al agua en su vida, y si lo han dado ha sido tan mal que han sido despedidos d forma inmediata.
En fin, no intento desanimaros, sólo crearos una coraza alrededor vuestra, para que todas estas cosas os, literalmente, resbalen. Porque, desde mi punto de vista, es muy bonito crear, crear productos, crear servicios, y que otros valores esos productos o servicios y les sirvan para algo. Es tu aporte a la sociedad. Y lo haces a través de tus ideas convertidas en realidad. Eso, queridos lectores, es muy gratificante.
Así que, cuidado con las preguntas que os indico, y muchos muchos ánimos en vuestras ideas, y como siempre os digo, aquí me tenéis a vuestra disposición para lo que os pueda ayudar.
Un saludo.
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